Entrevista a Esther Espinosa Martínez
Hoy charlamos con la enfermera y concejala del Ayuntamiento de Logroño
Esta semana, en nuestra sección de entrevistas Enfermería en Vena, hemos entrevistado a Esther Espinosa Martínez, nuestra enfermera política.
Compagina su trabajo de enfermera en la planta de Neurorrehabilitación Intensiva (UNRI) y Geriatría en el Hospital General de La Rioja con su cargo como concejala del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Logroño.
Si hay un rasgo que la define como persona es su vocación de servicio y compromiso social; como enfermera, la pasión y vehemencia con que reclama y defiende nuestro sitio en la toma de decisiones; y como política, la suma de ambas cosas.

P. Veintidós años en Cruz Roja como directora de Formación, Voluntariado y Desarrollo Territorial. Llegó la pandemia y volviste a la primera línea…
R. Sí, Cruz Roja ha sido todo para mí en el ámbito profesional y personal, es mi casa y así la sigo considerando, durante estos 22 años también he trabajado en el Hospital de Leza, en el centro penitenciario de Logroño etc..
En la pandemia pedí una excedencia porque creí que era necesario volver a hacer labor asistencial y trabajé durante más de 3 años en Atención Primaria.
Mi trabajo es la enfermería, actualmente en la planta que tiene la Unidad de Neurorrehabilitación Intensiva (UNRI) en la Hospital de La Rioja.
P. Pregunta obligada ¿Por qué el salto a la política?
R. Porque llegó un grupo político que me presentó un proyecto muy bonito de ciudad que me ilusionó muchísimo, creí en el equipo y en el proyecto y al final decidí dar el salto.
Se me dio la oportunidad de entrar en política y no la quise rechazar. Fue una decisión difícil, pero creo que correcta. Mi hermano y mi marido tuvieron mucho que ver, tengo la suerte de tenerlos y de sentir su apoyo, pero sobre todo pensé en mi padre ¡qué feliz hubiera sido viéndome!
Las enfermeras somos un colectivo muy grande que no está excesivamente bien representado en las instituciones. Y me dije ¿por qué no? ¿por qué no voy a ser yo la que dé el salto? Otras vendrán detrás, espero…
P. ¿Necesitamos enfermeras en política para que alguien nos defienda y se nos escuche de una vez por todas?
R. Tenemos que estar en la toma de decisiones porque somos un colectivo suficientemente importante como para estar ahí y que se nos escuche y que las decisiones sean nuestras. No podemos mirar a otro lado, que ya está bien de mirar a otro lado.
Para mí la política es un servicio a la sociedad. La enfermería es mi profesión y es lo que siempre he querido ser. Las enfermeras tenemos una visión de la sociedad tan importante, que el que no la plasmemos es un error.
«Para entrar en Enfermería hemos tenido que ser, académicamente, de las mejores aquí y en otras Comunidades. No lo olvidemos ¿De verdad ese colectivo no va a estar donde se toman las decisiones importantes para la salud?»

P ¿Qué puede conseguir la política para la enfermería que no consiga un colegio profesional?
R. Es muy diferente. Un colegio tiene que velar por los intereses de la enfermería y hacerse escuchar. Tiene que ser un pepito grillo de las instituciones, decirles por dónde ir o no ir. Tener ese colegio y enfermeras en la política nos da ese camino. Si no, es muy difícil que se nos escuche.
Nuestra visión de la enfermería no es la que tiene alguien que no se ha dedicado a ello. Entonces ¿por qué no vamos a estar en las instituciones? ¿por qué no les vamos a decir lo que nosotras vemos día a día? Somos las que estamos ahí, las que estamos a pie de cama, en el hospital, en los centros de salud y, al final, eso es política.
La política es todo, todo lo que a nosotros nos afecta socialmente es política y se ha decidido en un ámbito político. Y en esa toma de decisiones tenemos que estar. Mira, puedes pensar de un modo u otro, pero el conformismo me parece algo insólito, no va conmigo.
El colegio de enfermería «tiene que ser el pepito grillo de las instituciones, decirles por dónde ir o no ir. Tener ese colegio y enfermeras en la política nos da ese camino. Si no, es muy difícil que se nos escuche»
P. ¿Más enfermeras deberían involucrarse en política?
R. Por supuesto, cuántos más seamos, más se nos va a escuchar. Nuestra visión es importante, cada uno en la sociedad tiene un rol y debemos de asumir roles de responsabilidad.
En la enfermería nos hemos sentido inferiores, épocas en las que nos han dado el papel de cuidadoras. ¡Que no! Que no somos cuidadoras, somos profesionales de los cuidados que no es lo mismo. Somos profesionales de la salud y somos una profesión de ciencia.
La enfermería tiene entidad como para ser muy muy escuchada y estar en todos los ámbitos de la sociedad. Si tú le preguntas a la gente cuál es la mayor de sus preocupaciones, seguramente entre ellas va a salir la salud. Nosotras, que somos profesionales de la salud, ¿cómo no vamos a estar en la toma de decisiones? Hay que dar el paso al frente y decir, señores, pues aquí estoy y quiero ser escuchada.
Para entrar en la carrera de enfermería hemos tenido que ser, académicamente, de las mejores aquí y en todas las comunidades. No lo olvidemos. Somos un colectivo que académicamente somos los mejores de sus promociones. ¿De verdad que ese colectivo no va a estar donde se toman las decisiones importantes para la salud? ¿De verdad que las decisiones importantes de la salud las tiene que tomar alguien por nosotros o nosotras? Es que yo lo veo tan claro, no podemos ser conformistas ni callarnos antes las cosas que vemos o las reivindicaciones que queremos.
P. Prescripción enfermera, A1, ratios, decretos de residencias ¿por qué las reivindicaciones de enfermería despiertan tanta polémica y se quedan estancadas?
R. Nuestra formación, funciones y responsabilidad son comparables a otras profesiones sanitarias que sí están en el A1, por lo que es justo que se nos reclasifique y que nos permitan avanzar profesionalmente y mejorar nuestra situación dentro del sistema de salud.
(Sobre el decreto de residencias) Pues me parece vergonzoso. Porque considero que pone en riesgo la calidad asistencial y la seguridad de los residentes, supone un retroceso en la atención sanitaria en estos centros. Con este decreto se prioriza una atención meramente asistencial centrada en los cuidados básicos, en lugar de una atención sanitaria integral.
La prescripción es importante. Es un reconocimiento a nuestra labor diaria y optimiza el sistema de salud.
P. ¿La misma sensación con las ratios (enfermera/paciente)?
R. Parece que es una lucha de la enfermería cuando también tiene que ser una lucha de la sociedad. Es imposible que una enfermera atienda bien a un número elevado de pacientes, es muy difícil y quien no lo haya vivido no lo sabe. Esto va de la salud de las personas y va de que no puedes ni mirar a la cara a tus pacientes.
P. En política ¿te influye la forma de trabajar que tenemos en enfermería? ¿eres más de ejecutar que de discursear?
R. Yo creo que sí. Me cuesta adaptarme al lenguaje político, pero me cuesta adaptarme sobre todo a los tiempos lentos en los que sabes que hay que tomar la decisión y esa decisión se va alargando en el tiempo, es algo que debería de cambiar aunque es complicado por los trámites que hay que pasar.
El grupo donde estoy es muy de trabajar e ir a lo concreto, de acción. Hay veces que la sociedad tampoco asume esto y da la sensación de que quien vende buen discurso es mejor, pero para mí es más importante hacer que hablar.
P. ¿Qué retos de salud consideras urgentes en tu ciudad?
R. Ahora mismo creo que hay varios retos encima de la mesa, la reorganización de la atención primaria, atajar de una manera rotunda los problemas de salud mental, abrir el consultorio de Los Lirios, estudiar con rigor la contaminación acústica de nuestra ciudad, sobre todo en el casco antiguo etc.
Esos desafíos nos hacen ver la necesidad de implementar políticas coordinadas, acciones concretas para mejorar la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos.
«Para entrar en Enfermería hemos tenido que ser, académicamente, de las mejores aquí y en otras Comunidades. No lo olvidemos. ¿De verdad ese colectivo no va a estar donde se toman las decisiones importantes para la salud?»
P. ¿Cómo compaginas ambas facetas?
R. No tengo una liberación en el Ayuntamiento y el tiempo que invierto en ello es mi tiempo libre, tiempo que le resto a mi familia.
Cuando entré en política pensé mucho en mis padres y en mis hijas, porque quiero seguir el legado que ellos me han marcado y dejar a mis hijas una sociedad más justa en la que realmente se puedan sentir integradas, valoradas y seguras. Esos valores son los que me llevan a creer que todo este tiempo está bien invertido y para mí eso es importante.
P. Si te consideras ante todo enfermera, la política para ti es una pasión, una vocación, un deber público…
R. Para mí es un deber público. Hay veces que la gente dice ¡bah, los políticos! Pero los políticos son nuestra gente y son nuestros representantes.
Yo tengo una visión muy clara de sociedad y esto me viene de un padre obrero y una madre ama de casa, que me inculcaron que era capaz de conseguir lo que me propusiera, que me dieron libertad y me apoyaron. Los vi luchar mucho, les vi no conformarse y enfrentarse a las injusticias, viví la conciencia de clase en un barrio como Madre de Dios que me enseñó lo que era la solidaridad en estado puro. Esas raíces, al final, son las que te hacen ver la sociedad de una manera.
Creo firmemente en la justicia social y cualquier proyecto que vaya por ese camino lo asumiré como mío. Es importante que todos tengamos un modelo arraigado de sociedad y luchemos por él.
En la enfermería nos hemos sentido inferiores, épocas en las que nos han dado el papel de cuidadoras. ¡Que no! Que no somos cuidadoras, somos profesionales de los cuidados que no es lo mismo. Somos profesionales de la salud y somos una profesión de ciencia.
P. ¿El mayor logro en tu trayectoria es enfermero o político?
R. Bueno, no sé si tengo ningún logro concreto, mi mayor logro es en la vida, pues soy una mujer libre y empoderada con una profesión que le apasiona y con una familia de la que estoy profundamente enamorada, ese es mi mayor logro.
P. ¿Y cuál ha sido el mayor obstáculo que ha enfrentado como enfermera en la política y viceversa?
R. Al final, cuando das un paso adelante y te posicionas la gente te reconoce y hay quien está de acuerdo contigo y otros que no. Yo creo que eso no debería de influir ni en la enfermería, ni en la política. No creo que sea cuestión de poner obstáculos sino de respeto, mientras haya respeto todo estará bien.
P. Faltan enfermeras en toda España.
R. Si, pero sobre todo faltan buenas condiciones laborales, tal vez así muchas enfermeras y enfermeros no tendrían que salir a otros países.
Hay que ampliar las plazas universitarias. Si necesitamos más enfermeras (y médicos) habrá que formarlas y conseguirlas. Y ser atractivos para acoger profesionales de otros países, profesionales, por supuesto, con la misma formación que la que les exigimos a todas y todos los profesionales de aquí.
También creo que en La Rioja hay un problema con las plazas de la universidad de enfermería, un gran porcentaje de las plazas que se ocupan de enfermería son de alumnos de otras Comunidades Autónomas. Habría que estudiar este problema a fondo y muy seriamente y hacer algo. En esto hay que tener mucho rigor, estudiar cómo hacerlo, pero creo que es un tema pendiente.
P. Enfermera escolar ¿Cómo hacemos para incorporarla en todos los colegios?
Se puede instar al gobierno a que lo haga y, de hecho, me consta que se ha instado desde el Parlamento y que desde el Ayuntamiento se tendrá que hacer.
La enfermera escolar es una figura vital que debería estar en cada colegio, pero yo apuesto porque dependa del equipo de Atención Primaria. No puede ser un ente que ponemos ahí, sola, y que no trabaja en equipo con nadie. Al final esa enfermera escolar ve problemas que tendrá que compartir no sólo con el equipo educativo, también con el equipo de salud. Y su labor fundamental será preventiva, y eso es el pilar fundamental de una buena educación sanitaria.
P. Como enfermera de la planta de neurorrehabilitación intensiva y geriatría ¿hasta qué punto es importante la formación para que cualquier persona sepa actuar ante un posible ictus?
R. La prevención no solo en el ictus, en todo es primordial. Todo el mundo debería estar preparado en poder hacer una RCP o saber utilizar un desfibrilador. Desde el colegio tenemos que enseñar primeros auxilios y a saber dar una respuesta. El tiempo siempre es vital en estas situaciones.
P. ¿Y que sea una asignatura obligatoria?
R. No sé si una asignatura, pero sí que exista esa formación y sí que sea obligatoria. En todas las patologías cardiovasculares el tiempo es oro. Es lo que va a marcar la recuperación. Respecto al Ictus, la gente tiene que saber cuáles son los síntomas y los signos de un ictus para atajarlo en el momento adecuado.
P. Te gustaría trabajar en algún puesto en concreto de enfermería?
R. Durante mi carrera cada lugar ha tenido su momento y hay momentos en los que sí que he elegido cambiar. Fíjate, he tenido la suerte de que la vida me ha llevado donde necesitaba estar o yo me he sabido adaptar al lugar. Trabajé muy bien en Cruz Roja que ha sido mi casa. En ese momento necesitaba ese lugar por conciliación familiar y porque era un trabajo apasionante. He tenido la suerte de poder trabajar en la cárcel de Logroño que fue una experiencia maravillosa. He tenido la suerte de estar muy en la calle, que es lo que me ha gustado siempre, de trabajar con el paciente, de trabajar el tú a tú.
Y después llegó la pandemia. A todo el mundo nos dio un vuelco la vida, a los profesionales sanitarios por supuesto. Y creí que era el momento en el que tenía que dar un paso adelante, volver a la labor asistencial. Y así lo hice. Esos tres años en Atención Primaria fueron maravillosos, aprendí muchísimo y tuve compañeras y compañeros que se convirtieron en familia.
Y ahora, estoy en una unidad (UNRI) muy poco conocida, en una planta donde los pacientes son súper especiales, nos necesitan mucho. La gratificación es inmensa al ver su recuperación y su lucha. Y el equipo es excepcional.
«La enfermería tiene que dar el salto y posicionarse en las instituciones, tenemos mucho que decir y debemos de ser escuchadas«

«Para mí, la política es un servicio a la sociedad. La enfermería es mi profesión, y es lo que siempre he querido ser»
P. El trabajo en la UNRI te da muchísimas satisfacciones y la política es otra de tus pasiones. Estás en buen momento…
R. Muy, muy dulce, es verdad. Estoy en un buen momento.
P. Si fueras alcaldesa…
R. No es mi objetivo para nada. Es algo que nunca he pensado, pero tengo claro que me gustaría para Logroño, tengo claro en qué ciudad quiero vivir y dejarles a mis hijas, esta ciudad sería con un entorno urbano y natural en armonía, donde las personas y las tecnologías convivieran, donde se ofrezca calidad de vida, sostenibilidad y bienestar.
P. ¿Ha hablado la enfermera o la concejala?
R. Las dos. No lo puedo separar, soy enfermera y mi mayor tiempo lo dedico a la enfermería y soy concejala del Ayuntamiento de Logroño, en ambas facetas tengo un grupo de personas maravillosas a mi alrededor que me hacen crecer y ser mejor persona cada día.
La enfermería tiene que dar el salto y posicionarse en las instituciones, tenemos mucho que decir y debemos de ser escuchadas. Quisiera animar a todas y todos los profesionales de la salud a involucrarse en la sociedad de una manera activa, proactiva.