Carta abierta «Cuando el sistema te falla dos veces»
Queridas compañeras enfermeras,
Hoy soy consciente de que soy una víctima de violencia intralaboral y, lo que es peor, me siento abandonada por el mismo sistema que debe proteger a sus trabajadores.
Hace diez meses, un profesional de otro estamento me agredió verbalmente durante un turno. Denuncié el hecho siguiendo los protocolos, confiada en que se tomarían medidas. Ahora, tras una baja para cuidar mi Salud Mental tras todo lo que en mi puesto de trabajo se vive día a día, me reincorporo al mismo lugar, sin cambios en mi equipo… y con el agravante de ver cómo su actitud hacia las enfermeras sigue siendo tolerada.
Me quedan tres heridas profundas: la soledad institucional, la complicidad del silencio de algunos y el castigo de volver al mismo infierno, sin garantías.
Pero también tres aprendizajes: Pedir ayuda NO es rendirse: Gracias a mi médico que me dio tiempo y al programa CUIDANDO-NOS, nuestra enfermera especialista referente me derivó a un psicólogo que me enseñó algo revolucionario: cuidarme no es egoísmo, es resistencia. La importancia de alzar la voz colectiva: Descubrí que no estaba sola. Callamos agresiones por miedo a represalias o… ¡por vergüenza! y por último que nuestra fuerza está en la unión: El Colegio de Enfermería de La Rioja me tendió la mano cuando pedí ayuda.
En este tiempo he pensado en soluciones como formación obligatoria contra el clasismo sanitario: basta de jerarquías tóxicas. Auditorías reales en PRL. Protocolos efectivos: sanciones con seguimiento externo por autoridades sanitarias, no sólo nos agreden los pacientes o sus familiares.
Hoy, Día Europeo contra la Violencia hacia los Profesionales Sanitarios, pido unos minutos de reflexión: ¿Cuántos casos como el mío hay ocultos? ¿Cuánto talento enfermero perdemos por no proteger a quienes cuidan?
A mis compañeras agredidas:
PARAD. No sois débiles por reconocer el daño.
REFLEXIONAD. Buscad aliados, como mi psicólogo, que me devolvió la autoestima pisoteada.
ACTUAD. Exigid cambios usando herramientas como el programa CUIDANDO-NOS, donde os orientarán jurídica y emocionalmente. Con esperanza combativa, Una enfermera, paciente del sistema, superviviente del silencio.
PD: Agradezco al Colegio de Enfermería de La Rioja y al programa CUIDANDO-NOS, su apoyo técnico y humano. Gracias a todos los profesionales que me han acompañado en este proceso. Sin ellos, esta carta no existiría. Esta carta refleja experiencias anónimas del sector sanitario y busca visibilizar un problema sistémico, sin señalar a individuos o instituciones concretas.