Entrevista a Carmen Cestafe Martínez

Enfermera especialista en Salud Mental

Cuando Carmen Cestafe estudiaba Enfermería no se podía ni imaginar que la salud mental acabaría convirtiéndose en su vida, ni que iba a desarrollar toda su carrera profesional en este ámbito. Pero así ha sido. «En la primavera del 88 aprobé una oposición para entrar como interina en la Diputación y mi destino fue el Psiquiátrico Reina Sofía. Ahí me di cuenta de que la salud mental me apasionaba. Por eso nunca he querido desvincularme de ella, porque ha sido, profesionalmente hablando, MI VIDA«

En sus inicios como enfermera, en ‘este mundo’ de la psiquiatría, no existía ni una sola cama para salud mental en los hospitales de La Rioja. Nada que ver con el modelo actual, que cuenta con recursos, unidades de hospitalización, planes estratégicos, legislación pionera… Y a Carmen le tocó abrir ese camino.

Una enfermera especialista como Carmen Cestafe, cuya trayectoria profesional ha estado siempre ligada a las unidades de salud mental, que goza del respeto unánime de los compañeros de profesión, que ha liderado el gran cambio del modelo de atención a los pacientes psiquiátricos en La Rioja, nos aporta, en esta entrevista, una perspectiva muy valiosa sobre la evolución de la profesión, la atención a pacientes y los retos del sistema de salud en el campo de psiquiatría.

En agosto de 2025 se ha jubilado como Supervisora de la Unidad de Agudos del Hospital San Pedro después de toda una vida vinculada a la pisquiatría. Se podría decir que ha sido la enfermera que ha liderado el cambio de modelo de salud mental en La Rioja.

«Toda una vida profesional vinculada a la salud mental me ha permitido participar en cambios profundos que han supuesto una mejora importante en la atención de nuestros pacientes»

P. Si te digo que gozas del respeto unánime de tus colegas de profesión, que hablar de Carmen Cestafe en La Rioja es hablar de un referente en salud mental. ¿Qué sientes sabiendo que has dejado el pabellón tan alto?

R. Pues una emoción indescriptible, cargada de satisfacción y de alegría y también de orgullo porque en mis inicios fue cuando estaba en marcha la Reforma Psiquiátrica, que fue un movimiento transformador en el cual se sustituyó el entonces modelo de reclusión y aislamiento del paciente mental en manicomios por un modelo comunitario centrado en la persona e integrado en la comunidad. Formar parte de este proceso histórico y continuar participando activamente a lo largo de mi carrera en los profundos cambios que se han ido dando en la salud mental ha sido muy gratificante para mí.

P. ¿Qué te llevó a especializarte en salud mental?

La necesidad de hacer visible la calidad de los cuidados enfermeros en salud mental y el afán de seguir mejorando mi formación para desarrollar mi profesión lo mejor posible y, con ello, contribuir a la mejora de la atención a las personas con problemas de salud mental.

P. ¿Cómo era tu trabajo en psiquiatría cuando comenzaste?

Llegué al psiquiátrico muy jovencita y con los conocimientos básicos de psiquiatría que se estudiaban en la carrera.

Aquello era un mundo desconocido para mí, algo que no me había ni imaginado siquiera. Cuando llegué me asignaron como enfermera del pabellón 6 de mujeres. No recuerdo exactamente el número de internas que había, pero alrededor de unas 80. De repente, me encontré con la responsabilidad, como enfermera, de cuidar el bienestar de todas y cada una de ellas e intentar mejorar, por poco que fuera, su calidad de vida. No fue fácil, pero con la ayuda de los profesionales que había a mi alrededor: médicos, oficiales cuidadores psiquiátricos, psicólogas, la trabajadora social… inicié el camino y fui desarrollando mi trabajo intentando mejorar cada día.

Tengo que decir que el número de profesionales enfermeros que había allí entonces estaba escasamente representado por tres personas: dos monjas, que tenían asignados otros dos pabellones, y el jefe de enfermería, que desarrollaba labores de dirección. Así que había mucho trabajo por hacer, empezando por crear historias de enfermería con registros propios, colaborar en la creación de grupos de pacientes, retomar la escuela de pacientes, rehabilitar el gimnasio, implementar los cambios que conllevaba la reforma psiquiátrica…. Todo esto y mucho más encaminado a llevar a cabo ese gran cambio hacia la humanización de la atención a los pacientes y su integración en la comunidad.

«La Reforma Psiquiátrica fue un movimiento transformador en el cual se sustituyó el entonces modelo de reclusión y aislamiento del paciente mental en manicomios por un modelo comunitario centrado en la persona e integrado en la comunidad»

P. ¿Qué experiencias o momentos te han dejado los recuerdos más gratos?

R. Muchísimas. Ha sido tanto tiempo y tantas cosas vividas que sería imposible enumerarlas todas.  Recuerdo con emoción el tiempo en el Psiquiátrico; recuerdo con nostalgia el tiempo en la Unidad de Agudos del Hospital Provincial, donde éramos un equipo inmejorable e hicimos un buen trabajo; recuerdo también la emoción de la apertura de la Unidad en el Hospital San Pedro, ya que por fin los pacientes de salud mental iban a estar integrados en un hospital general, que hasta entonces parecía vetado para ellos. Recuerdo a muchos pacientes, e incluso generaciones de pacientes, que hemos tratado y cuyo vínculo con todos ellos ha sido un motor para seguir trabajando por y para ellos. Y recuerdo a muchos profesionales compañeros y especialmente al equipo de enfermería que siempre ha estado unido y trabajando al unísono para que cada día las cosas fueran un poquito mejor.

P ¿Cuál ha sido tu mayor apuesta profesional?

R. Pues siempre la misma: mejorar, en todo lo que estuviera en mi mano, la vida de los pacientes y de sus familias; intentar que sean capaces de desarrollar una vida plena. Esta siempre ha sido mi apuesta profesional permanente, que he intentado desarrollar a lo largo de todo el tiempo con la ayuda y el apoyo de todo el equipo de enfermería, que es único y que, gracias a ellos, hemos conseguido cambiar muchas cosas. Aún queda muchísimo por hacer, pero eso ya les toca a los que están y a los que vendrán.

Asimismo, como supervisora, he intentado en todo momento cuidar al equipo de enfermería y el cuidado ha sido mutuo de ellos hacia mí y yo hacia ellos.

«Recuerdo la emoción de la apertura de la Unidad en el Hospital San Pedro, ya que por fin los pacientes de salud mental iban a estar integrados en un hospital general, que hasta entonces parecía vetado para ellos»

HABLEMOS DE ENFERMERÍA

P. ¿Cómo ha cambiado el rol de la enfermera en salud mental? ¿Qué diferencias existen entre la forma de trabajar de hoy en comparación con tus inicios?

R. Pues tengo que decir que en salud mental ha habido grandes cambios, pero la enfermera siempre ha tenido el privilegio de estar junto al paciente, crear vínculo con él y poder influir positivamente en su bienestar.

Con el tiempo y, gracias a compañeros y compañeras que utilizaron el marco científico para tipificar los cuidados de enfermería, nuestro trabajo está perfectamente enmarcado y eso nos permite seguir avanzando como profesionales de la salud mental. El desarrollo y la evolución está yendo muy deprisa y cada día son más los avances científicos y tecnológicos que nos permiten avanzar hacia cuidados de calidad.

P. ¿La enfermera puede incidir directamente en el bienestar emocional y psicológico del paciente, además de en su cuidado físico?

R. Por supuesto. Las enfermeras, por nuestra formación, somos agentes terapéuticos y como tales, estamos capacitadas para tratar al paciente en todas las esferas, tanto a nivel físico como psíquico y, por supuesto, social. Estamos capacitadas para aliviar su malestar, acompañarle en todo su proceso vital, escuchándole sin juzgar y haciéndole partícipe principal en las decisiones que pueden mejorar su vida.

P. ¿Qué valor añadido aporta la especialización enfermera en salud mental?

R. Precisamente esa formación nos capacita para desarrollar nuestro trabajo a todos los niveles y desde una perspectiva holística del paciente, teniendo en cuenta sus necesidades. La enfermera es la figura cercana y profesional fundamental para que el paciente reciba un tratamiento humano, continuo e integral.

P. En algunos diagnósticos, como el de “ansiedad”, la enfermera especialista puede intervenir de forma autónoma, sin necesidad de derivación para la parte psicoterapéutica. ¿Crees que este desempeño de la especialista es conocido por la sociedad y suficientemente valorado por los demás profesionales del equipo de salud mental?

R. Estamos en el camino. Antes no éramos reconocidas en este aspecto, pero en la actualidad tengo que decir que, cada día, lo somos un poco más, gracias a la evolución de la profesión en sí misma y de los grandes profesionales que la integran. Antes era impensable que la enfermera tuviera consulta propia con los pacientes; ahora nadie concibe no tener a su enfermera de salud mental de referencia.

P. ¿Podríamos considerar a la psicoenfermera como la precursora del liderazgo enfermero?

R. SÍ, sin duda. La enfermera de salud mental está capacitada para proporcionar cuidados integrales a los pacientes con problemas de salud mental y orientar a sus familias en el acompañamiento y cuidado, así como para guiar, tomar decisiones y coordinar equipos con el fin de ofrecer una atención de calidad.

P. ¿Cuál crees ha sido tu mayor aporte al reconocimiento del trabajo de la enfermera especialista?

R. La defensa del valor de nuestro trabajo y la aportación complementaria al trabajo del resto del equipo multidisciplinar. En salud mental el cuidado integral del paciente es fundamental y cada profesional tiene sus competencias, algunas exclusivas y otras compartidas con el resto del equipo.

LIDERAZGO ENFERMERO EN SALUD MENTAL

P. Tu carrera profesional ha transcurrido en paralelo a un gran cambio de modelo —tanto desde el punto de vista legislativo, técnico, terapéutico como en la mentalidad—, que ha transformado radicalmente la atención a los pacientes de salud mental. ¿Cómo has vivido esta evolución? ¿En qué medida te ha tocado afrontar e implementar esos grandes cambios en nuestro sistema sanitario?

R. Pues este es uno de mis grandes orgullos, la pequeña aportación que haya podido hacer a todos estos cambios vividos desde mis comienzos.

Como he dicho antes, llegué al psiquiátrico en 1988 en plena reforma psiquiátrica. Entonces cualquier persona con un problema de salud mental estaba allí, no había recurso alguno en la comunidad para ellos.

Se abrió la unidad de agudos en un hospital en la ciudad. Se creó una unidad dedicada a externalizar a los pacientes, integrarlos en pisos en la ciudad o en residencias. Fue un movimiento de cambio profundo que centró el modelo de atención en el paciente y que rompió con el modelo manicomial de encierro y aislamiento al que estaban sometidos entonces nuestros pacientes.

Ha sido un camino lento y difícil, y que no termina nunca porque siempre debemos seguir avanzando para conseguir la mejora integral de nuestros pacientes y su participación en la comunidad.

«En salud mental ha habido grandes cambios, pero la enfermera siempre ha tenido el privilegio de estar junto al paciente, crear vínculo con él y poder influir positivamente en su bienestar»

P. En esa línea de avances, La Rioja fue la primera de España en aprobar una ley específica de salud mental (marzo de 2023), una normativa pionera a nivel autonómico que buscaba mejorar la atención y la prevención. ¿Cuál fue tu colaboración en este texto?

R. Tuve el honor de participar en grupos de trabajo que contribuyeron a la creación de esta Ley, que fue la primera ley autonómica de salud mental en España, sentando un precedente para otras comunidades.

Todavía se está trabajando para alcanzar los objetivos que en ella se establecen, pero hemos dado pasos importantes en el desarrollo de la misma.

P. ¿En qué otros proyectos has colaborado como enfermera en puestos de gestión?

R. He tenido el honor de que me convocaran a participar en los cuatro Planes de Salud Mental de La Rioja. Además, he formado parte de grupos de trabajo en el hospital relacionados con la salud mental y la seguridad, y he participado en la creación de protocolos relacionados con la atención al paciente de salud mental y con la seguridad.

También en la participación en congresos jornadas, simposios, cursos, encuentros y conferencias relacionadas con la salud mental.

P. De todo ello, ¿qué avances (tecnológicos, terapéuticos, sociales, legislativos) de los implantados en La Rioja consideras más significativos?

R. La Ley 6/2023 de La Rioja, de 22 de marzo, de las personas con problemas de salud mental y sus familias, que busca garantizar la protección, promoción, prevención y asistencia de salud mental, así como luchar contra el estigma y hacerles partícipes -a los pacientes y sus familias- en el ámbito social y sanitario.

Esta es, sin duda, el pilar sobre el que construir el futuro de la salud mental en la Rioja.

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LA SALUD MENTAL

P. ¿El estigma sigue siendo una de las principales preocupaciones para quienes sufren una enfermedad mental (bien del enfermo hacia sí mismo, bien de parte de la sociedad)?

R. Por supuesto, el estigma es el gran problema asociado a la salud mental, ante el cual no debemos bajar nunca la guardia y por el que debemos seguir luchando activamente para superarlo.

Todos podemos ayudar a combatir el estigma en nuestro día a día, utilizando un lenguaje respetuoso, centrado en la persona y no discriminatorio. Por ejemplo, no es lo mismo decir “el esquizofrénico” que “una persona con esquizofrenia”.

Se han dado pasos importantes y se están dando cada día, pero aún queda mucho por hacer.

P. ¿Crees que ayuda el hecho de que cada vez más famosos o personajes relevantes hablen abiertamente de sus problemas psicológicos?

R. Claro que ayudan, porque esas personas famosas y relevantes que todos vemos en la televisión o en nuestros móviles también tienen problemas de salud mental. Cuando hablan abiertamente de ello, se están mostrando a la sociedad como personas vulnerables, tal como lo somos todos, a sufrir problemas de salud mental. Y sus seguidores o la sociedad en general entienden mejor que no hay que avergonzarse por tener problemas de salud mental y que hay que buscar ayuda.

«Hay que crear más unidades de atención infanto-juvenil que puedan abarcar la atención a este tipo de población y a ser posible en su ámbito: escuelas, institutos, universidad»

P. Últimamente están saltando varias alarmas relacionadas con este tema. Una de ellas, por las bajas laborales por salud mental, que se han duplicado en 5 años ¿Por qué parece que hay más atención a la salud mental hoy en día? ¿Es debido a que se están visibilizando casos que antes se silenciaban, a que el sistema sanitario reconoce plenamente su relevancia como causa de incapacidad laboral, o a ambos factores?

R. Yo me inclino más por la idea de que cada día hay una mayor visibilización de los problemas de salud mental. Antes, cuando una persona tenía un problema de este tipo, lo ocultaba; ahora sigue ocurriendo, pero en menor medida. No debemos olvidar nunca que la enfermedad mental puede llegar a ser incapacitante, ya que afecta a todas las áreas del ser humano. Por ello, es fundamental ofrecer una atención integral al paciente, para que no pierda autonomía y pueda seguir desarrollando una vida plena.

P. Los jóvenes son otra gran preocupación. Los expertos alertan de un cambio evidente de perfil del paciente: joven con adicciones con o sin sustancia, cada vez a edades más tempranas.  ¿Qué estamos haciendo mal en su educación?

R. Eso es lo que nos preguntamos todos.

Yo creo que se trata de una combinación de factores sociales, económicos, tecnológicos y culturales. Hoy en día, los jóvenes se sienten presionados a muchos niveles. En lo académico, deben ser los mejores y no pueden fallar. A nivel social, lo mismo, y las redes sociales ayudan poco, ya que los exponen constantemente a una “comparación” que distorsiona su autopercepción y mina su autoestima.

Se sitúan en el mundo con un futuro incierto por todo lo que ocurre a su alrededor: guerras, crisis políticas, inseguridad laboral, cambio climático… Todo ello contribuye a su inseguridad y, por lo tanto, a su daño emocional.

«Todos podemos ayudar a combatir el estigma en nuestro día a día, utilizando un lenguaje respetuoso, centrado en la persona y no discriminatorio»

P. El 10 de octubre es un buen día para informar, sensibilizar, reivindicar ¿Qué crees que aún falta por mejorar en la atención en salud mental?

R. Tenemos que dar mayor visibilidad a los problemas de salud mental, porque con eso contribuimos a disminuir el estigma.

Hay que aumentar el número de recursos humanos en el sistema público de salud, de manera que se pueda intervenir a todos los niveles (promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación) en tiempo y forma suficiente para cubrir las necesidades de la población.

Hay que crear más unidades de atención infanto-juvenil que puedan abarcar la atención a este tipo de población y a ser posible en su ámbito: escuelas, institutos, universidad.

Hay que crear más equipos de atención domiciliaria, que están donde está el paciente.

Hay que contar con nuestros pacientes como agentes de cambio, impulsores de movimiento, para conseguir mejoras permanentes en su atención.

P.  Para finalizar, ¿qué tal te ha sentado la jubilación?

R. Pues muy bien. He disfrutado del verano más largo desde mi época de estudiante. Y espero seguir disfrutando mucho. Aunque hace unos días tuve un percance y me rompí el húmero, eso no me desanima, porque cada día que pasa es un día menos que me queda para la recuperación.

Una actitud muy positiva. Desde el Colegio de Enfermería te deseamos una pronta recuperación.

HOMENAJE EN EL CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ENFERMERÍA DE SALUD MENTAL (AEESME)

En el marco de este encuentro nacional de enfermería de salud mental celebrado en Logroño el pasado mes de abril, tuvo lugar un acto de reconocimiento a la trayectoria profesional de Carmen Cestafe, por ser pionera en los cuidados de salud mental en La Rioja.

En palabras del presidente de la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME), Francisco Megías, Carmen Cestafe merece este reconocimiento a su trayectoria profesional porque «ha sido una enfermera pionera en los cuidados de salud mental. Una profesional constante, desinteresada e interesada por los cuidados, por el bienestar y no solo de los pacientes, sino también de los compañeros. La conozco desde hace 17 años y en La Rioja ha sido esa luz y ese referente para los compañeros»

«Uno de los momentos más emotivos de mi carrera, y como colofón a la misma, fue el día en que AEESME me entregó una metopa al reconocimiento profesional. Fue algo inesperado e impresionante»

El Colegio de Enfermería de La Rioja no se hace responsable de las opiniones expresadas por las personas entrevistadas.