El COER acoge el reencuentro de las enfermeras de la segunda promoción de la Escuela de Enfermería en su 50 aniversario
La presidenta del Colegio de Enfermería de La Rioja, Alicia Ibáñez, ha recibido esta mañana, en la sede colegial, a las enfermeras de la segunda promoción de la Escuela de Enfermería de Logroño (1972-1975), con motivo de la celebración de su 50 aniversario.
A la cita han acudido 23 de las 36 enfermeras que se graduaron en 1975 como Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS), un encuentro muy emotivo en el que han sido recordadas las compañeras fallecidas y las que no han podido estar, y en el que varias de ellas han tomado la palabra para contar todo tipo de anécdotas y recuerdos.
Las asistentes han compartido con nostalgia su vida como estudiantes internas, así como su forma de entender y vivir la enfermería en una época marcada por importantes cambios y han recordado los valores que sustentaron la profesión desde sus inicios.
‘Formáis parte de la historia de la enfermería de La Rioja; sois las que pusisteis los cimientos de la profesión tal y como la conocemos hoy en día y las que nos habéis formado a las generaciones posteriores cambiando, sin saberlo, la asistencia sanitaria’, les ha dicho Alicia Ibáñez en su bienvenida. ‘Es por ello que os damos las gracias por el legado que habéis dejado, ha añadido, y porque fuisteis cambiando la enfermería demostrando que erais, que somos, mucho más que ayudantes’.
La quinta planta
La promoción que celebra hoy sus 50 años está formada solo por mujeres, ya que a los estudios de enfermería no podían acceder los hombres. En aquella época, estudiaban enfermería en la llamada ‘quinta planta’ del Hospital San Millán, donde también residían-obligatoriamente- como internas.
Dependían del INSALUD y, académicamente, de la Universidad de Zaragoza donde acudían una vez al año para examinarse de todo el curso completo. Sus profesores eran los propios médicos del San Millán.
En una época donde los recursos eran limitados, el buen hacer de estas jóvenes, sus conocimientos, sus valores y una gran vocación, fueron sus mejores herramientas. Varias de ellas han coincidido al señalar su orgullo por haber elegido esta profesión en la que siempre se sintieron valoradas y muy reconocidas.
‘Su legado es un referente para quienes hemos seguido sus pasos’, ha dicho Alicia Ibáñez quien les ha transmitido su agradecimiento ‘por ser las precursoras, por enseñarnos, por inspirarnos a continuar avanzando en el cuidado de la salud y de las personas’.










